Algunos críticos han descrito cínicamente el ataque con misiles de Irán como un espectáculo elaborado y costoso destinado al consumo público. A otros les preocupa que este sea el último clavo en el ataúd que desencadenará la mayor guerra en la región en décadas. Pero ¿por qué Teherán decidió intensificar la escalada ahora?
Cuando Teherán lanzó un importante ataque con misiles contra Israel desde su propio territorio el martes por la noche en una sorprendente decisión de entrar en la contienda en el conflicto ahora regional, los primeros indicios sugieren que este ataque fue mucho más calculado y audaz que el de abril.
La visión de cientos de misiles iraníes volando sobre Israel y el sonido continuo de sirenas en las principales ciudades israelíes hicieron que este ataque fuera mucho más grave que las represalias anteriores.
Teherán sostiene que el ataque fue un acto de «autodefensa» en respuesta a los repetidos ataques contra su territorio y sus ciudadanos.
Después de casi dos meses de «estricta moderación», afirma que la decisión se tomó en represalia por las muertes del líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, Hassan Nasrallah de Hezbolá y Abbass Nilforoushan, alto asesor militar del CGRI en el Líbano.
El IRGC también mencionó en su declaración vengar la sangre de los niños de Gaza y del pueblo del Líbano.
¿Por qué Irán atacó ahora?
Este tema ha generado una importante controversia en los últimos días, generando especulaciones de que Irán ha abandonado a su aliado clave en la región.
El nuevo presidente, de hecho, enfrentó críticas por no tomar represalias contra Israel tras el asesinato de Haniyeh en Teherán. (Aunque Israel no ha asumido la responsabilidad, se cree ampliamente que estuvo detrás de la muerte de Haniyeh).
Los partidarios de la línea dura argumentan que esta inacción sólo envalentonó a Netanyahu, haciendo referencia a los asesinatos selectivos de Nasrallah y Nilforoushan en Beirut el viernes pasado.
Algunos críticos incluso predijeron que Netanyahu ahora podría sentirse lo suficientemente seguro como para llevar a cabo más asesinatos dentro de Irán, potencialmente dirigidos a líderes iraníes.
Por lo tanto, Teherán consideró que no tenía otra opción que responder a Israel para aplacar a una parte de su público interno y revitalizar el «Eje de Resistencia» en los países vecinos.
A pesar de esto, las operaciones militares israelíes en el Líbano han continuado y el ejército israelí ha declarado que persistirán hasta que se logren sus objetivos.
¿Qué misiles se utilizaron y qué pasa con los vuelos civiles?
Si bien Irán afirma que el 90% de sus proyectiles alcanzaron sus objetivos, los funcionarios israelíes responden que la mayoría de los misiles fueron interceptados por los sistemas de defensa aérea israelíes, aunque no niegan que algunas bases militares puedan haber sido alcanzadas.
El IRGC afirma haber utilizado un nuevo misil hipersónico, el Fattah-1, por primera vez para atacar al menos tres bases militares.
El Fattah-1, descrito por Teherán como un misil «hipersónico», viajaría a Mach 5, o cinco veces la velocidad del sonido (unos 6.100 km/h). Sin embargo, aún no está claro cuántos misiles Fattah-1 se lanzaron realmente.
Mientras tanto, la Organización de Aviación Civil de Irán anunció que todos los vuelos en el país permanecerán suspendidos hasta las 5 am hora local del jueves.
Esta cancelación podría reflejar las preocupaciones de Teherán sobre una rápida represalia israelí. El anuncio se produjo tras el lanzamiento por parte de Irán de al menos 180 misiles contra Israel y el breve cierre del aeropuerto Ben Gurion durante el ataque con misiles.
Aún no está claro si Irán había cerrado completamente su espacio aéreo al inicio del ataque. Los vídeos de los pasajeros de un vuelo, que los muestran observando los misiles desde sus ventanas, han levantado sospechas y reavivado los recuerdos del avión ucraniano derribado por el IRGC hace casi cuatro años. El IRGC fue acusado de utilizar civiles como escudos humanos en ese incidente.
¿Qué viene después?
En sus comentarios iniciales, Benjamín Netanyahu dejó claro que Irán había cometido un grave error con este ataque y afrontaría consecuencias. Afirmó: «La regla es: quien nos ataque, nosotros lo atacaremos».
Las instalaciones petroleras de Irán siguen siendo un objetivo potencial, y algunos especulan que Israel podría recurrir a asesinatos selectivos o atacar los sistemas de defensa aérea de Irán. El contraataque de Israel en abril estuvo dirigido a una batería de defensa aérea S-300 en Irán, marcando el final de esa ronda de ataques directos.
Sin embargo, la probabilidad de un ataque destinado a matar a los comandantes involucrados en el ataque con misiles del martes parece mayor. Otra opción serían las refinerías iraníes involucradas en la producción de gasolina, ya que Irán es muy vulnerable en este sector.
Normalmente, el surgimiento de cualquier crisis en Irán, desde disturbios hasta temores de guerra, se manifiesta en largas filas que se forman en las gasolineras, un problema que ha sido claramente evidente en las últimas 24 horas.
Por otro lado, los diplomáticos y comandantes militares iraníes han sugerido que su operación ha concluido, implicando que Irán no tomará más medidas a menos que Israel responda. Sin embargo, Irán ha advertido que cualquier represalia israelí recibirá una respuesta aún más fuerte.
Las opciones estratégicas de Teherán no están claras más allá de sus capacidades misilísticas, especialmente porque Estados Unidos ha expresado su pleno apoyo a Israel. Las reacciones de los países occidentales, la mayoría de los cuales condenaron las acciones de Irán, muestran que los aliados de Washington también apoyan firmemente a Israel.
Esto claramente inclina la balanza a favor de Israel, particularmente porque los aliados estratégicos de Irán –Rusia y China– siguen siendo ambiguos y con frecuencia recalculan su postura en función de los intereses nacionales.
Algunos críticos han descrito cínicamente el ataque con misiles de Irán como un espectáculo elaborado y costoso destinado al consumo público.
Se dispararon aproximadamente 200 misiles balísticos, pero ningún israelí murió y, según informes, sólo murió un palestino. Sigue siendo incierto si el momento y la extensión geográfica de las huelgas durante las horas pico fueron parte de una estrategia para influir en la opinión pública.
De todos modos, las verdaderas víctimas de la guerra y los conflictos son siempre civiles comunes y corrientes: personas que no participan en la política. Ya sea directa o indirectamente, sufren violencia o soportan consecuencias de gran alcance, incluidas dificultades económicas y traumas psicológicos.